lunes, 24 de noviembre de 2008

Shhh ... secreto.

Miré la película (2006), no leí el libro antes, pero me creí hasta los créditos. Me hace falta morder este tipo de polvo, caer como un patito, en estos días. Cuando el cambio es la regla, y sobran cuestiones qué considerar filosóficamente mientras se caen lo mismo planes y citas que clientes con la espectacularidad y frescura de una cachoeira, no está de más aprender el secreto.

Soy de conmoverme con las verdades eternas, inamovibles; como el Freudismo, el Marxismo, las cuales siempre intentan verlo todo desde un sólo lente, y que, impiadosas, se desatan fúricas contra todo aquello que pueda llegar a contradecir su lógica. Cuando se cumplen sus profecías, sin embargo, son magia pura.

El secreto es sencillo (estar agradecido, y):

  1. Pedir
  2. Creer
  3. Recibir

Mejor negocio, imposible.

http://thesecret.tv/inicio.html

Para este, o el otro año, son diez mis pedidos, y ninguno incluye ponerme flaca, ante mi propio asombro. No me salió pedir eso. Y según la metodología ahora espero ... y espero ... sin tirar la toalla ... ya puedo sentir que recibo :)

Metáfora favorita: "La vida es como un auto que viaja de noche de Nueva York a California. Quien maneja sabe que su objetivo es llegar a California, aunque los faros del vehículo, en medio de la oscuridad, sólo le permitan ver los siguientes 30 metros de autopista. Éste debe confiar en que después de esos 30 metros, hay 30 más; y después de esos 3o, otros 30 más para poder llegar a destino."

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